PONER FIN A LA VIOLENCIA Y A LA
DISCRIMINACIÓN CONTRA LAS PERSONAS LESBIANAS, GAIS, BISEXUALES, TRANS E
INTERSEX.
Los organismos de las
Naciones Unidas[1]
instan a los Estados a que tomen medidas urgentes para poner fin a la violencia
y a la discriminación contra adultos/as, adolescentes y niños/as lesbianas,
gais, bisexuales, trans e intersex (LGBTI)[2].
Todas las personas
tienen el mismo derecho a no ser objeto de violencia, persecución,
discriminación y estigmatización.
Las leyes internacionales
en materia de derechos humanos establecen obligaciones jurídicas para los
Estados a fin de garantizar que todas las personas, sin distinción alguna,
puedan gozar de tales derechos. Aunque acogemos con satisfacción el aumento de
medidas que se aplican en muchos países para proteger los derechos de las
personas LGBTI, nos sigue preocupando de sobremanera que, por todo el mundo,
millones de personas LGBTI, las que son percibidas como LGBTI y sus familias
sean víctimas de violaciones generalizadas de sus derechos humanos. Esta
situación es alarmante - y es por ello que deben tomarse medidas al respecto.
El hecho de no respetar
los derechos humanos de las personas LGBTI y de no protegerlas de abusos, como
la violencia y las leyes y prácticas discriminatorias, supone una grave
violación de las normas internacionales en materia de derechos humanos y tiene
un impacto significativo sobre la sociedad, fomentando una mayor vulnerabilidad
a las enfermedades, incluyendo la infección por el VIH, la exclusión social y
económica, la presión sobre las familias y comunidades, y también un impacto
negativo sobre el crecimiento económico, el trabajo decente y el progreso para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al futuro. Bajo el
derecho internacional, los Estados tienen la principal obligación de proteger a
las personas ante situaciones de discriminación y violencia.